Escribanías

Descripción:
Escribanía con león sujetando el escudo del Príncipe de Orleáns.
En uno de los dibujos se ven dos barcos, personajes y el puerto de Marsella. Toda la escribanía se sostiene sobre una base en forma de rocallas y los bordes de éstas están pintados con los azules, rosas y ocres característicos de la cerámica de Marsella. También tiene las rosas y el escarabajo, detalles que nunca faltaron en sus piezas.

Medidas: Medidas: 19cm alto x 34cm ancho x 26cm fondo.

Material: Cerámica pintada y vidriada, de Marsella.

Tema: Escribanía

Escuela: Escuela de Marsella.

Epoca: Siglo XVIII

Estado:

Notas:
Estado de Conservación: Le falta la parte alta del casco, el resto esta perfecto.

LOZA DE MARSELLA.

En Marsella, como en otras localidades del sur de Francia. Montpellier. Nimes, etc., se venía haciendo una cerámica del tipo de las italianas, pero a partir de 1677 se fundaron una serie de nuevos alfares que alcanzaron una elevada cifra, dedicados a la fabricación de tarros de botica, botellas, grandes platos, azulejos decorados todos a “gran fuego”.
La fama de la loza de Marsella empezó realmente cuando se introdujo la cochura a petit feu o fuego de mufla, a mediados del siglo XVIII. Este nuevo sistema se empleó para poder pintar con las tonalidades del rojo al carmín, que era imposible conseguir con el procedimiento anterior y además, permitía al pintor dar una serie de matices nuevos en la cerámica.

Los alfares más conocidos fueron los de Savy, Robert, Bonnefoy, pero el que adquirió mayor renombre fue el de la “Veuve Perrin”.
Desde 1740, Claude Perrin, que había sido decorador de cerámica en Nevers, poseía un modesto alfar en Marsella; a su muerte acaecida en 1748, su mujer adoptó la nueva técnica y pronto su taller fue el de mayor reputación de la ciudad.

Realizó una labor enorme; sus platos, soperas, jarras, tinteros, especieros, azucareros y figuras de adorno son hoy disputadas por los coleccionistas entendidos. Los motivos decorativos de estas piezas son muy variados y están todos ejecutados con gran primor; destacan por su belleza las flores de tipo naturalista, los pájaros, insectos, mariposas, pescados y paisajes, especialmente marinos. La pasta blanca amarillenta de grano fino, esmalte blanco brillante y formas de gran elegancia.

La finura de la decoración es notable y sus flores y sus escenas campestres resultan cuadritos deliciosos. Los colores más empleados son rosa, azul, verde, amarillo y violeta en todos sus matices y a veces el oro. Se distinguen de las Estrasburgo por su técnica de aplicación del color sobre el esmalte. La marca de la “Veuve Perri” consiste en las letras V P enlazadas, pero hay muchos ejemplares sin ellas que se reconocen fácilmente por su estilo y técnica depurados.

Los pintores de la fábrica se inspiraban para decorar las piezas en las obras de los más célebres artistas de la época; Watteau, Boucher, Fragonard, Robert, Pillemant, etc. A trvés de los repertorios de grabados que manejaban todos los talleres.


Tiene la marca de la flor de lis de los Asburgo y otra marca del escarabajo, característica de la escuela de Marsella.

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