Porcelana de Compañia de Indias

Descripción:
Pareja de fuentes en porcelana de compañía de las indias.

Esta pareja de fuentes, son de color blanco, tienen ramitos de flores de color rosa, la cenefa de alrededor es de varios colores oro, sepia, negro, verde y rosa, entre otros. Generalmente, estas piezas fueron hechas de un tipo de pasta que da como resultado una textura que asemeja la piel de naranja y apreciamos en ellas el cuidado para delinear hasta los más mínimos detalles en el esmaltado.
Estos esmaltes fueron realizados con óxidos metálicos de todos colores, aunque predominan los azules, rojos, verdes, rosas negros, y el oro.

A la mayor parte de las piezas se les ornamentó con una franja de color, un lustre de oro y una particular cenefa conocida como "Punta de Lanza", es decir, una estilización o interpretación de la flor de lis y que junto con la textura rugosa son indicativos de que se trata de una Porcelana de Compañía de Indias.

Medidas: 33,5cm Ancho x 27,5cm Fondo

Material: Porcelana de compañía de las indias

Tema: Pareja de fuentes

Escuela: China

Epoca: Siglo XVIII

Estado: Perfecto

Notas:
PORCELANA DE LAS INDIÁS

Los productos chinos sobre todo las sedas y las porcelanas, se conocieron en Occidente desde época remota; durante la Edad Media, los árabes fueron los mercaderes que, o bien en barcos o en caravanas, hicieron llegar hasta aquí tan apreciados artículos.

Pero solo a partir de las exploraciones de los portugueses se regularizó, propiamente hablando, el comercio con el Extremo Oriente.

En el 1509 establecieron ya una factoría en Macao y suyo fue el primer barco europeo que entró en el puerto de Cantón en 1514, de modo que en pocos años se hicieron con el monopolio del comercio, convirtiéndose en el gran centro de importación de productos chinos.

Pronto les iban a disputar esta situación de privilegio los ingleses y los holandeses, creándose al efecto las célebres Compañías de las Indias.
La primera, después de la portuguesa, fue la de los ingleses seguida por la holandesa, que arrebató a los primeros el gran comercio durante todo el siglo XVII; la Compañía de Indias francesa no adquirió importancia hasta entrado el siglo XVIII, época en que la inglesa conseguía otra vez casi el monopolio que había de durarle más de un siglo.

Desde fines del siglo XVII todas las compañías habían conseguido el derecho a tener un muelle propio de carga y descarga en el puerto de Cantón, de donde le había de venir el nombre a las porcelanas.
Las porcelanas que se importaron en el primer momento fueron, sobre todo, las “azul y blanco” de la época del emperador Ming, Wan Lí.
Los fabricantes chinos comprendieron pronto que los europeos no eran entendidos en porcelana y fabricaron una de “exportación”, vulgar, incluso con fallos, pero que a los ojos de los occidentales resultaban autenticas obras de arte.

Una vez que estuvo organizado regularmente el comercio, las Compañías de Indias suministraron a los artistas chinos modelos europeos, tanto para las formas como para la decoración; emblemas heráldicos, temas religiosos, mitológicos, o escenas de costumbres.
Durante todo el siglo XVIII persistió la serie del “azul y blanco” pero de calidad inferior, que se llamó entonces de “Nankin”, y sobre todo la del tipo de la famille rose, con una decoración floral muy variada, pero de escaso valor artístico. Esta clase de porcelana inundó Europa hasta entrado el siglo XIX, incluyéndose en ella los jarrones de proporciones colosales y decoración profusa de flores y personajes orientales, que son ornato de los grandes salones en los palacios de las cortes europeas de la época.

En el siglo XIX es el de la importación de la porcelana “mandarin”, de baja calidad en todos los aspectos, con decoración de multitud de personajes chinos, “mandarines”, en una paleta disonante que marcan la decadencia de la porcelana china de exportación.

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