Cerámica

Descripción:
Plato en cerámica hispano morisca de reflejos, de los llamados de tetón y de la serie del bestiario, de Reflejos cobrizos, decoración vegetal y líneas azulonas. Este plato, conserva el espíritu islámico, de las series más refinadas como son las que combinan artísticamente Los elementos iconográficos de origen islámico con los gótico-cristianos, como son animales fantásticos y el rico elenco de motivos vegetales.

Medidas: Medidas: 43cm Diámetro.

Material: Cerámica de Reflejos de Manises..

Tema: Plato.

Escuela: Valencia Manises.

Epoca: Siglo XVI.

Estado: Perfecto

Notas:
Notas Historia abrevia de la cerámica hispano morisca de reflejos.

En grandes museos de Londres, París o Nueva York, el amante del arte puede contemplar magnificas piezas de cerámica española, en las que se puede reconocer la huella de distintas civilizaciones.

La cerámica es parte fundamental de la historia del hombre. De origen humilde –el barro- posee una gran resistencia al fuego y a la intemperie, con lo que se identifica como uno de los mejores testimonios para el estudio de la evolución social, técnica y estética de las diversas culturas.

El origen de la cerámica se vincula a la sedentarización del hombre en el período neolítico. Pero en los yacimientos prehistóricos se detecta pronto la evolución técnica y estilística.

La cerámica pintada apareció en el llamado Creciente y Fértil, Egipto y Mesopotamia. De allí las tecnologías pasaron al resto del Mediterráneo.

En territorio español, antes de la llegada del dominio romano, hubo una avanzada cerámica. Pero la gran eclosión tuvo lugar en el período ibérico. Cerámicas de torno, con pasta fina de tonos amarillentos, y pintadas con tonalidades de rojo vinoso abundaron por el arco ribereño mediterráneo.

En especial cabe destacar la cerámica del entorno de Lliria (al lado de Valencia), con una notable precisión en el dibujo de sus figuras, con bellas y detalladas escenas relacionadas con la guerra o las actividades diarias, a las que suelen acompañar numerosas leyendas escritas en caracteres ibéricos.

La cerámica española registró un nuevo impulso merced a la expansión de las técnicas musulmanas muy hábiles a la hora de dar al objeto una capa vítrea impermeabilizante, soporte, además, de su eventual cromatismo o de su decoración.

Las técnicas del reflejo dorado procedían del Próximo Oriente, donde se utilizaron desde el siglo IX para decorar los servicios de mesa de los califas.

A lo largo del siglo XII fueron implantadas Al Andalus y desde finales del siglo XIV empezaron a utilizarse en Valencia, la cerámica española es fruto de cruces culturales.

En la Edad Media, los cristianos comían en platos de madera o metal, utilizando la cerámica para cocer o conservar los alimentos. En cambio, en los reinos musulmanes de España se desarrolló una potente actividad cerámica que proporcionaba objetos para los usos diarios y suntuarios.

Los moriscos capitalizaban la producción Cerámica, tras la conquista cristiana y desarrollaron un meritorio sector cerámico en el entorno de Valencia, en Manises y Paterna.
Las obras más primitivas son de (finales del siglo XIV- y principios del siglo XV), decoradas a menudo en azul y dorado como en Málaga, y conservan el espíritu islámico.

Las series más refinadas son del (siglo XV y principios del siglo XVI). Son las que combinan artísticamente los elementos iconográficos de origen islámico Con los gótico-cristianos, como son las figuras y animales fantásticos, el rico elenco de motivos vegetales y la gran variedad de escudos nobiliarios.

La cerámica hispano morisca de reflejos se exportó a toda Europa en el tramo final de la Edad Media, pero su expansión declinó a partir de la segunda mitad del siglo XVI, por varias razones: El crecimiento de los precios en España, la competencia italiana, y la expulsión de los moriscos en los inicios del XVII.

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